Al entrar al restaurant encontre todavía al silencio dormido,
estaba entre las naranjas, no había nadie mas, entonces me di cuenta que estaba viajando por el jardín de sus manos como una vaca que llego muy temprano.
Así, de esa forma me quede esperando con camisón la llegada de alguien,
salí a caminar entre las mesas que la esperaban también,
aparecieron dos señoras en bañador, yo empezé a tocar en la barra
algo de Astor Piazzolla, ahora trato de recordar detalles de la carta que escribí hace
años cuando mis ojos solo fueron hacia ella como una cola del frac de la vida y sus placeres, empezé a aplaudir con movimientos de danza y ella empezo a peinarme corriendo y bailando agradecida por el silencio.
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