Victoria del Madris

Se termino la liga, ya paso con sus fantasmas y tartamudos
y sus caras de boniatos y modelitos de mercadillo,
quedan las caras de los ganadores con sus culos,
la de los perdedores en sus mansiones y la gente como vegijas, como soutienes,
unos llorando porque sus chicos multimillonarios han bajado con el club y se habla de la tristeza y de la familia, otros borrachos escúpiendo pollitos amarillos y todos ahora hablaremos de lo que pasó, de las fotos que quedan, de las victorias en los finales del Madris, el gol de Sobis que para mi fue el gol que determinó la pérdida de la copa por los chicos de Frank cuando en el minuto 88 se durmieron en los laureles como nabos esperando quizás el milagro que dijo Edmilson mas adelante llegaría porque él cree en Dios y en la virgen, quedan los goles maradonianos de Messi y la camiseta del Partido Comunista cuando estaba firmando el contrato supermillonario con los cúles y las palabras de Iniesta y de Deco y de Ronaldinho afirmando que ganarían la liga,(ahora que dicen) estos ilusionistas de cuarta, queda la embarrada voz de Schuster dando manija para que maten a Messi, la mano negra de los árbitros siempre favoreciéndo al mas rico, el penal mas triste de Savio, los penales no cobrados a favor del Sevilla, quedan muchos robos a mano armada que determinaron todo y eso es lamentable, queda la mano de Agüero, los goles de Edu, de San Tamudo aniquilando a su mayor adversario en su propia cama, queda la cara pintada a pastel de Joan Laporta como un poema, queda el gancho de Diogo a Luis Fabiano, la mano de Van contra el Depor, queda la fiesta blanca embarazando la noche, el beso de estatua de Raúl a la estatua con la bandera espanish, queda la Almudena en escena esperando a sus hijos campeones, las lágrimas de "sambero" de Roberto Carlos, la despedida a un jugador del montón como David como si fuera un genio, la cara de Tom de salchicha, la de Calderón de fanfarrón, la de Victoria...tanto perfum, tanto oro, tanto glamour para un final de loco escapado del cotolengo para muñecos de sex-shop y soplando besos de madera a su niña, la primera preciosura del cotorro que también aplude y escupe pollitos amarillos como una diosa llena de crema para las grietas,
hasta la próxima.