Con todo mi alma se borran los mensajes cuando duerme la ciudad, entre autos que respiran perejiles y perros encuentro el Monaster
por la pasarella enigmática de la noche con sus silencios celebrando la desnudez completa y un poca rara de la vida con sus colmillos.
Y esta sensatión es para toda la vida,
verla entre los domingos entre los miércoles entre los años que agora celebran
el estado puro del homenaje de toda la humanidad.
Decir y no decir, sugerir quelq anticipatión sur les chochouters,
sobre las oscuridades de la vida.
Si usted está en Sant Cugat sigue igual viviendo en Montevideo se puede decir,
plantear el tema inquietante del amor y su surrealismo y
agregar este escrito que juega conmigo a las tres y media de la noche
en París o en Praga o en el Cerrito de la Victoria,
hasta se pueden tender sueños como una foto mental,
traducir la prisa en misterio, escribir en francés algunos misterios,
empezar a explicar de un saque tanta confución y
por encima de todo tanta dulzura,
al fin de cuentas para eso vivimos inadvertidos,
escasos años recalientes impecables
ahora dedicados a un tiempo distinto para resumir los problemas un poquito.
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