Carne

Esta oscuro, no se ve ni un ojo, nadie asoma su elegancia, las recelosas maneras andan en otro polvo,  se aprietan los viajeros mudos, el tren de la interna soledad se sumerge penetrando cada vez más en una sonrisa que nunca deja de mantener esta distancia orquestada por un rostro indiferente dentro de un bols de frutillas, va por otra calle la esbelta cáscara, camina en otro lóbulo, toca otra carne de pez, besa otra boca de extraño gordo, mira los sesos donde pisa, como gotas de sangre camina esa prole hambrienta del servicio de los mil secretos, su ondulación cremosa en una palangana que conduce, su obra revisada por su laringe, su hombro chupado por el sol que la besa con amor, sin atreverse a entrar en detalles el tiempo escribe y adorna su sonrisa de cloroformo, le dice al cielo que la ve cada día que no indague tanto su cabeza, su hermosa cabeza de cerámica, como si fuese algo raro la memoria sentada en la puerta sacá esos mimos, ella duerme con su corazón que andá por toda la casa, las sombras se despiertan descuelgan sus túnicas, el silencio se come toda su carne, los ojos de la distancia se recuestan en un puntito en la pared, con la cabeza en alto un piojo sobre un vestido nos recuerda abrazados,  todo esta como nunca, sus manías su breve representación, la leche espera besarla apasionadamente las dos tostadas toman su cintura y le pasan manteca y se la comen en la cocina, todos rién encantados como muñecas,  todo esta cerca.