Sueño

La quería con muchos dulces desde el primer caramelo que tenía en su piel y así fue naciendo la máquina de ese tiempo como si nada como si fuese lo mas maravilloso de esta vida, cruzé los mundos a caballo volando como un pinguino como si nada escribiéndo en el avión de papel esa explosión esa novela sostenida por el deseo ese algo inexplicable que siempre seguirá andando a pesar de las divinas serenidades del aprendizaje y sus transparentes detalles como su perfume de tres niños, la quería sin saber nada de su espalda llena de azules y naranjas sin saber nada de su entrecortado tic tac y todavía me acuerdo de aquel aire tibio de las calles encantadas brindando al vernos aquel día colgados abrazados volando por la luna acariciados por otro universo sin entender recién inventado por el amor y el loco papel del pavoroso hilo de la mentira y sus sentidos con sus ramos sus frutas sus porquería de cerebros y su encanto dentro de los cuales hay recortes de alas de mariposas y ojos llenos de lágrimas y esplendorosos susurros. Fue un sueño ese amor que sigo soñando con una alegría extraña de abrazos infernales que la memoria sacá del cerebro como palomas o polillas o imparables dulzuras que salen volando de la cal hacia este espacio de la nada. La quería por la curiosa belleza que penetro en mi esa particular gloria de lo que sucede y todo despliega una inquietud amorosa. Conclusión, no hay un sendero no queda nada de la última lluvia el paso de la tibieza vive sumergido en una frase imperfecta queda la arena la distancia los sueños transformados que en otro tiempo la naturaleza de todo armaron ese arte de amar en el viaje de los siglos en ese milagro vivido de dos personas que se abrazan por la fortuna de sus conversaciones admirados por ese placer del origen de este sueño.