Martes tùnica

Encantados corren los sentidos para la llegada del fin en su zinc, las estrellas de las risas como nunca lloran y bailan como antes un soneto, los deseos de la piel van escribiéndo algo que se pierde en el cielo entre las miradas que buscan una hoja y saben que el martes toca tùnica, comienzan las partituras las sorderas la soda los palillos; hoy...ayer aterrizé desde la Republica Independiente del Polonio, grandes copulaciones de oro nos recibieron para prolongar el premio y llegaron encuentros mágicos con dioses que bailan sobre las nubes y anuncian el encanto, hay 12 segundos de semen y uno encuentra la inmensidad en la oscuridad, esta en la entrada de la ciudad de nylon vestida de alcachofa, es una de las vacas que mueven este bolígrafo, una de las sombras con terrible sueño que se quiere ir para la nieve, veinte milanesas debajo del calzoncillo del cocinero, sin saber que hacer el elemento del chopp de la morbosidad su entierro entre el membrillo, y es momento para que la soledad acerca su plutonio, la gestión apicola, el polen, la miel, los propóleos y capta cada ola que te quiere ver, cada intención, capta la locura que hay debajo de la mesa de tus rodillas, las garzas que cruzan el living como croasanes que buscan caras que no han llegado con la leche ni la yerba, ya son las cinco y cuarenta, el aire deja energía para volver, una mujer mitad caballo cruza corriendo la tormenta como un pez cocinero, artesano, agente inmobiliario, travesti de compania, apicultor de Montevideo,...tiene cara de galgo inglès.