Los susurros bajan del espacio como cucharadas de miel, permiten soñar con aquellos gestos en un segundo permiten disfrutar con esa sonrisa brillante donde se detiene la vida amorosamente al pensar y vuela algo de otra escena y existe algo tremendo y dulce e inexplicable y vivo que busca y queda en suspenso con luz propia de sus manos, me meto en ese campamento como otro Juan preparo el desayuno preparo el sol me ocupo de casi todo para que tenga un día maravilloso, el ascensor los tejidos los horarios los trenes los barcos los globos los delfines sus dedos los fuegos los bosques los caballos la historia de las caricias los niños jugando cada palabra en su lugar los abrazos locos por tocar esa creación de todo esto en un instante en verle pasar en su viento de frutas en su plan de vuelo e inventar el mundo con mi oído en su corazón donde este no importa donde este, da igual me imagino mi oído en su corazón, la eternidad esta cerca esta entre los libros y la penumbra, la fortuna esta con nosotros tendida en el sofá, el aire espera con su mirada de mil años, no hay distancias, hay tiempos; buenos tiempos alimentados por la sustancia mas mágica que sueña en su homenaje. Es muy valiosa esta réplica, es extraordinaria la distancia al acercarse con su voz de Ciudad Gótica, los momentos de humor quedan en hablarse, es una delicia atravesar todos los espacios y apenas rozar sus labios, no cuesta nada volar.
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