No esperaba nadie nada, volaba pachucha la flor recostada en su nube llena de besos, volaba alto como una estrella y miraba los planetas cruzando el aire azul de su tenedor, los platos tocaban sus manos como mejillas se colgaban con su voz los curiosos y quedaban como en otro mundo los ojos del camarero, todo se derretía en su boca a 36 grados, todo era un encanto un reloj una tentación un ángel otra ternura en el taburete que está conmigo un viaje un vuelo muchos fueguitos 4 juanes un antiguo tesoro una fruta única una sonrisa de tres niños, la vi, existe, vuela, no para, en sus manos descansa el tiempo, yo trato de que baje una nota de Rigoleto y como sea verla sonreír, así se fue entre las baldosas salí a verla a imaginar por donde iba, y no la vi, la noche con sus tacos se fue con ella y el futuro en la esquina quedo mirando como una hermosa ama de llaves.
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