Los viajes de las 4 Natalias van para Nueva Helvecia, se van sin necesidad de algo noble, el universo elabora la baba de la cara inexpresiva de la cosa antes de morir de actuar de saludar en la estación de la crema en su generosa cortesía en su proyecto de aniquilación otra vez con la misma duda y el mismo ayer. Los viajes siguen con sus lunas sus plásticos sus esposas en el aire sus cabezas carcomidas por una cara, el tiempo los lleva doblados en enciclopedias que se sientan a conversar sobre la familia y los unos y los otros encantos de arena del deseo camuflado, así usted se va entre los filetes de pescado de la noche, queda la calle observando su caballo con sus gigantes enormes ojos blancos que se arrima como un tigre y abre su puerta como una excelente inquietud y usted sube al universo que olvidado duerme, así juega el destino que se nota sensible alrededor de nosotros en cualquier lado, usted apenas me conoce.
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