Ido

Ido así colgado aboyado ido y como sale de la cara escribe el escribidor sobre este frío y esta boca seca de la soledad que trata de recapitular otro acto desgarrado y con sus manos frías e idas que también escriben esto que puede ser bueno o malo o con cabellos de ángel o de remolacha o puede venir fresco o podrido o colgado o aboyado o ido como pálido como volado y escribe el colgado como se encuentra este trapo este nuevo frío del sol ya ido con el viento que devora todo la cabeza que masca y casca esta tarde casi todo el dolor en la espalda con la risa de la largura de la soledad y sus putas ganas y sus años idos colgados volados con las palabras que tiran las manos acá en esta sombra de sobra que devora el mantel. Y Devora toda la nada que sale en esto que escribe la rutina y que copia lo que pasa de repente y abre otro pozo que nace detrás de las gasas y arde arde detrás de los puntos de las tres bocas y trata de dejarlo el sol en este viento que sale de la basura con la propia vida que sigue viviéndo en medio de todo lo aceptable lo nefasto lo absurdo y la carencia siempre exacta que desacomoda para desmoronar el sol y sus máquinas de escribir; todo se desmorona sin saber porque, vuelve nuevamente la carencia a escribir esta carta esta gotera esta aguja de crochet de la carencia que sale a escena, abre el grifo de escritos y empieza a desparramar estancamientos, desviaciones y el desencajamiento de su cara con otro domingo devorado por otro frío como el hielo.