Tuesday, September 21, 2010

526 3 XXX

























Mujeres y hombres pasan debajo del vestido de carne de la calle, cada fiera con su biblia de sopa que estornuda tremendo barullo con los labios al entrar a la ensalada de bobos de la nada y sus delicias y en ese cardúmen de mercas la vida te arranca del corazón gratis la cabeza y a 199 pesos el kilo o 220 pesos la fila interminable de ciertas elegancias, comienza la cena las caras arrancan risas bordeaux las grises numeradas y desde mayo de 1989 las que bajan de los árboles y que cruzan el aire hasta tu edificio bajo el hueso tres de la rodilla de este muñeco instant de poca maravilla. Y sin tampoco tiempo para andar pintando todos los panqueque. Donde fue en que baldosa en que number de la Dos en frente de que reja cuál cocina los vió pasar hacia el 526 no sé bien pero las gaviotas se han comido el tiempo que esperaba en otra ala, algo busca algo para contar esta taza que espera esta interminable distracción que esta dentro de un miedo a perderse entre las urracas que asoman sus espolvoreadas caras y se comen un tiempo y piden ideas. Dejan sus caras las ideas en ella dejan en ella sus pianos sus pechos y sus mismos deseos de gladiolos y piensan que hay tiempo de sobra para disfrutar para escribir cartas para abrir los ojos y para estar. Que tarde para estar con el abuelo Ohannes esta mientras pasa un 191 se le escucha pasan gritos como aviones pasa el silencio como una manifestación de pulgas mientras de fondo se escucha la nada del Monseñor Isassa que parece en la invisible que deja esta sopa de muchos pianos en este ropero este trasluz martillar ladrar de un chapa agujereada por un taladro que se va con el 328 que se escucha venir y vuelve se escucha vuelve con el 468 baja cruza dobla todo el universo cuando aparece y apoya el mundo su sonrisa, llegan todos los colores con sus hombros, sale el sol, su piel es mi ciudad.

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