Monday, January 25, 2010

Cualquier color

Recuerdo la loma de la peatonal al costado del monasterio y ella al otro lado del horizonte con sus colores como postre para mí, escribo los días y los colores, cualquier color de su sonrisa en los balcones que me hicieron salmón fruta de estación y rúcula, la vuelvo a ver la veo otra vez la veo en aquellos pasajes en los pretiles en las piedras pequeñas de las vías del tren la veo en la pared la veo en todo lo que alcanza la vista, en las nubes en el azul de su piel en el frutilla y durazno de sus hombros en la luminosidad de toda su carne rellena de dulces, recuerdo todas las densidades de la distancia, la aceleración, el fin del mundo en la ciudad de la distancia de su susurro y la locura implantada en la locura por tocarla sentir su sonido, sentir el impacto meloso de su espacio y apenas rozarle un hombro con la nariz, apenas respirarle un color, otro misterio fascinante otro color de su piel, el perfume al tocarla como brota y la luz pura enloquecida de zanahoria y uvas que brotan y que en el silencio elegante vienen por mí, me llevan en canoa, me llevan hacia su orilla hacia su piel de champagne, hacia su espalda de ciruelas y duraznos en cámara lenta, me llevan como devorándome despacito con cualquier color en una sola caricia, como un imán me lleva en la oscuridad su cuerpo de kanikama pepino palta y besos, la luz de la oscuridad ve como el aire azul me lleva de la mano hacia su luz que ilumina la noche.

1 comment:

Anonymous said...

nos estamos cobrando cada uno de los recuerdos y cada una de las ganas instatisfechas...