Wednesday, March 25, 2009
Muebles desinteresados y leopardos
Las caras de los posters del transfer d´argent à prix reduit me pasan la ficha que cae cuando usted y su esplendor se van en otro poster del transfer de otro prix. La casa te ve bajar la cocina te ve entrar, que me esperés ahí esperamé déjame nacer y ver la ciudad, tengo que llevar algo me parece para entrar con pantenne de guillette y Boss y no sé más, dalé volver a empezar en la ciudad, necesito tu pasaporte y esto de la ciudad, todo se repite, donde estás, en el centro de la ciudad, buscá el centro de la ciudad, se escucha el taxi y el click. Por en cuanto el cuento va de donde a donde sin saber si viene o no Aznavour, los resúmenes del viaje están en el fondo del mar y otras palabras, los muebles saben ingresar sin usted raspando la pared a la derecha con un brazo de salmón y raspando la escalera de la izquierda y el laberinto hacia el quinto subsuelo de la Plaza Independencia y entrar salir planear sobre la moquette, permitir volar por la San Felipe y Santiago, comprobarte la analitica, cada habitación de su retito espacial, cambiando gotas, el miércoles por el lunes, elevando hacia el penthouse a toda la habitación a la derecha del hall y el balcón esperando el té de jazmín y Jameson, nó apretemos la almohadilla, te lo he dicho hace bastante tiempo, los muebles te lo he dicho andan raros, entran y salen a culquier hora, la cocina el sábado nos ha engañado con el doctor, no hay internet, será por eso que no entrá.
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