Detritus miércoles

Nueva ocación perdida para abrazarte dulcemente, no hay miércoles, ahora que hago anuncian las nubes con sus besos debajo del camisón, dos barcos armenios me dicen que no hay tiempo para vernos, me hacen señas que no que no dos caras con mi aspecto mas viejo; nó sé que hacer, donde ir a las tres, dejaré el micrófono pronto, así no aburro a nadie mas ni nadie lee tantos escitos que no sirven para nada, no quiero más telas de araña, ni cosas detritus por la experiencia, de todas formas igual te tocaré la espalda en un hilo de aire cuando salgas de la ducha, seré unas cuantas gotitas; ahora empezaré este discurso para decirte que sigo en lo esencial de este asunto que tengo en la discreta distancia debajo del cerebro con tu suspiro; esta visión no sabe nada, ni donde esta parada con sus alfajores y antojos de Givenchy la locura que no dice nada, donde esta pregunta la ciudad de mi habitación por la locomoción del desamor que parece anda sin rumbo, vaga en la superficie de la mesa, en la oscuridad estornuda; de momento no quiere desaparecer, sigue estorbando algo en la boleta de la cara de farmacia de la poca cobertura, sigue lejos el amor, perturbado indescifrable, sordomudo.