Friday, March 06, 2009
9 milimetros
Elegía mal, eso esta reclaro, no daba con el talle ni la medida exacta ni el nabucco catalejo y él de ahora no venía cuando ella tenía leche hasta arriba de los ojos y estaba visto de queruza que el menda andaba encantado, ella, la venus de los niños no podía aguantar más ni la señora que dormía con el doble amor, ese tiempo interior que venía en sus yemas de Confitería Carrera; le preparó un jugo de platos voladores y la otra vida que tenía mas charme que todas perdió los sabores escondidos en un wing y todos juntos fueron ese instante que la propia tarde le puso un lexotán en el despiste o nó del celular con sus mensajes mojados de otra mujer que parecía ella hace años cuando se enamoro de su mirada empapada en leche y para que durmiera el novio hueco otra partitura aparece el zoooooooorro blanco, ella espero sentada en la teve plana hecha puré con su mujer que cayerá el despistado oso y fue a buscar a su presa empapada otra vez de condones gigantes, explotar toda esa rabia acumulada de nata diet, solo para explotar ese morbo perdido, ni zurcido ni intención de salvar nada de ese resplandor triunfal, ella estaba reclaro que no tenía suerte, elegía mal la vuelta de la procura de un culo entre tantas caras, elegía mal dice la borra del café, elegía mal y a la vez era engatuzada descaderada por el captor de la farsa de la doble perfomance del actor... ella no podía creer, la mujer estaba radiente en declive el bloque del devacle de la muerte del sueño, él quedó humillado de guante blanco por las dos damas amigas hace una semana, él como un elefante de plástico se iba desinflando aplastado por su otra cara; la 9 milimetros en la cintura del militar ni dió lugar para matar a nadie, las dos señoras regaron al impostor con una sola mirada de croqueta de plutonio.
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