Perro.

Los recuerdos del tiempo asumen esta entrega este redactar el ensayo salpicado de otro acomodar el crónico depurar en este breve sueño gozar del espectáculo ocupar otro butaca en el aire contaminado otra hoja de ganas regando palabras que se caen como maduras como lentas al curioso rastreo del recipiente que nos mueve las paredes

nos frota el aire que respira nuestro cuerpo el enmarcado silencio acostumbrado a la galantería de algo que gesticula el intento de los abrazos escondidos de las alas del enloquecido giro esa especie de mudanza de la ternura y su indescriptible sensación al pasarnos un dedo hasta el interior de nuestro mundo donde un perro nos espera en la punta de una mesa para conversar de nuevo.