Segunda alegoría

La idea no tiene ni idea Urik del silicon mental de la novelle de la interrupción en su trozo de cara a medio empezar en la distinta como en otra cara con tantas puertas que van a ninguna parte que corren con otro interés de borrador en un boceto de encanto extraviado en el fracaso total de los puntos adquiridos ahora en la basura junto al espejo roto que nota su cara anticuada esfumarse en una insulsa sombra que entre otras caretas lentamente devoran lo podrido. La idea no sabe lo que el cuore dice desde su apartamento y dicta, nadie va cambiar su retirada salud ni un modo oscuro ni un mediocre algo ni menos un cable de France Presse, quedan los extraño que el corazón saca con letra de mujer, ya no salen las tantas palabras echadas en el buzón del amor queda el dernier for ever salido de su boca y su mejilla recostada en un hombro de su especial amor, la música de su piel y la lluvia en el último abrazo del alma que decora la memoria con la viva claridad del amor mas puro envenenado por ese hondo misterio del abismo de su segunda alegoría.