Y separo el mismo tiempo todo aquello único todo aquello unido hasta siempre sin saber por que, de repente de cuajo como una lágrima gigante separo lo que parecía eterno, separo los brazos con las espaldas los labios y los hombros con las lenguas las caricias con los dientes los vientres con los ojos los lunares con los tobillos el cuello con el cuello el corazón con el corazón y dejo que el tiempo con las palabras y las entrañas hagán lo que deban hacer o yo que sé con tanto amor; se quedo lo devorado en la piel se quedo esperando en el sol como un beso enorme perdido entre tantos corredores y así continúa su hambre su sed su alimento su sangre esperando su vientre para comerlo con frutillas para beber toda su miel con pasas dátiles nueces y para disfrutar del postre de su boca con champagne.
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