
La deseaba igual llena de pequeños soplos de saviola, endemoniada, alunada, con ojos ahogados, igual la quería, igual la deseaba, aunque tuviera muchos seres muertos para poder revivirla con el perro y con las flores de sanatorio que dejan los sueños, la esperaba a cualquier hora desde el primer vermouth dejando gotitas de ketchup que se quedaron con su gorrión y lo desplumaron hasta que sus piernas se van hacia la computa con sus hojas de arroz y sus apuntes olvidados que aparecen delante de esta caja de muertos vivos que te habitan y que escribes para él como cada mañana. Vamos a oscuras, copiando, como porquerías corrigiéndo, soñando despistados, intentando desearte chuparte y desbocarte entre las caricias que te extrañan y explotan hasta desviarse de este blog. No sé como sera el futuro, no le he visto el pelo, no sé escribirle, tengo miedo de agobiarlo y que me diga que no me quiere más, como si cada tarde fuera la última tarde...requiere una lentitud que no domino.
No comments:
Post a Comment