TEGOBI

Tegobi al principio no venía a las prácticas de asuntos internos y nunca pensamos ni soñamos llegar tan lejos, no jugaba con el labrador ni andaba en Suzuki, pero tuvo un giro su vida, su cuero cabelludo y su peluquín de Tristán Narvaja mojado con grappa con coquitos verdes agarró color, se bajo del caballo y por supuesto volver a las tablas del teatro de los pequeños placares del shopping de Punta Carretas es una alegria para el imperio romano.