BROTES

No sé exactamente cuando vamos a empezar a escribir sobre su hermano ahora entrando al recuerdo con Dios y con contrato. Durmiendo y despertando a momentos que duermen de a rato entre el viento que es rarísimo y vuela alto, es como una jirafa dentro de la cama llena de sombras que empiezan a relajarse, entrando en la confitería entre el viaje encantado de amor y de divinidades que aparecen ahora sin nada y que no sabe sí es de tarde o de noche, sí tiene el vestido blanco de cocaína, sí le da asco el pavo, sí conoce el cielo, sí efectivamente retorno entre los muertos y sí mi prima toca el piano.
Cualquier cosa se trata de masajear la crema como híncando las yemas sobre la zona perturbada y se trata de empezar, de hacer, de volver para la cena bajo este envoltorio descendido con una novia y una miqueta de crema antirelajante para dolores musculares y calambres arrodillados brotados de las carcajadas.