La cama

De costado estaba como flotando pensando en horarios
del casino, esperando al sueño con su lengua
y de pronto quedo doblado, a la altura del corazón
un dolor lo acaricio sin anestesia como un dardo...
las noticias siguieron su fiesta, su hilera de orgasmos,
eran igual de pintorescas,
comenzaron a sacarse la ropa, pidieron vino, despues de todo
ahora tenian todo el tiempo del mundo.
De repente antes de que el sueño entrara por las varices la cama
saltó por los aires y en esas calles que se meten en la guillotina
la señora de blanco te espera para tomar la leche y para que ya
no te preocupes, ellas quedaron sepultadas, los familiares y
amigos recorrieron ocho kilómetros el octavo dia para sacarlas con vida,
se quedaron desmayadas entre los escombros, todavia respiran
dicen los bomberos.
Los perros entraron por la avenida de los toros que se habián borrado
el día de la tormenta tropical cuando los elefantes, las chicas de la calle y
las ratas vieron que la noche venia con mala cara y Christelle no podía dormir,
los conventos de la mente en su especialidad no la dejaban tranquila,
daba vueltas en la cama, tiraba patadas a la oscuridad y la oscuridad
le respondía escupiéndole la cara con las sombras que en más de una vez
le propinaron patadas a la cama cuando ella se arañaba y sus susurros
pasaban por debajo de las camas y abrazaban las puertas.