Las muñequitas llegaban al mejor lugar del mundo
algunas con mocos y medicamentos,
éramos muy parecidos a una mondiola glaseada con
una caprese y como jardines se saludaban con sus manos
de lagarto, muy entusiasmadas todas por la despedida y por Papá y
Mamá y entre geranios y sicindelas como mariposas se acarician,
parecen chavalas igual que nosotras en el bosque de cucumelos de los besos y
los osos hormigueros y las gallinas que bailan con tacos altos y descalzas
hasta que la ultima nata de la noche canta su despedida y nadie se casa con nadie,
el sol aparece con su vestido de licor de huevo -precioso chupete- esperando la siesta con su crochet de conchas gratinadas que hablan de la boda.
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