FONT@WERE

Si Font le hubiera prestado o alquilado una quincena mas cariñus y caricias ásperas a Were, ella ahora tomaría nota en la fiesta con los vergudos y no le importaría un zorete que el pobre vejiga espere a las tantas una llamada perdida. Le costaba dormirse, no tenía ideas para escapar de las volteriñas de la sombra que mueve sus hipos, es posible que Were y Font separados por casi 160 apetitos y deseos se imaginan masturbándose entre la distancia cuando se aparecen los amantes inesperados y piden una atención. Queda ahora la tarde sola con una bala en la cabeza con sus ojos fantásticos.