Así sigo con sed tratando entre los pies del silencio rasurarle con un gancho de frigorífico una nalga que sale como una teta de ballena rose entre los pies del silencio. El cuerpo se dobla con las espaldas que se abren como un pavo real desmayado por el olor a agua podrida que sale de su boca hecha un corredor al borde del abismo que siempre quiere gozarme, abrazarme entre las nubes con las butifarras de las caderas que descolocan y atrapan los labios y empiezan a caer baldes de placer.
No comments:
Post a Comment