Monday, June 16, 2008
GAÑOT
Con un agujero en un ojo comienza la intifata de lo que entra como un punzón en las costillas cuando te das cuenta de tanta falsedad y de la guerra abierta otra vez envenenada en su sonrisa macabra. Otra vez saltan las crispas sus cuñas de estirpes comidas por la carroña, otra vez se transforman las jetas de lata donde se desnudan en tantas mentiras. Otro cantar entra con sus brillantes baratos intentando hundir la espada bien dentro del pecho del camarero ciego que sonrié volando entre los platos desnudo como una muñeca de cogollos de crema catalana. Hay un cierto olor a diarios viejos cuando la trucha pasa silencio de los astros y sus animales rosados. Hasta aquí piensa que llega el cero a la izquierda, el invisible de siempre, el inadaptado, la alegría de la huerta de caretos del comedor travestido, del salón lleno de espadas que vuelan con sus cadáveres exquisitos, desentendidos, vestidos para mentir.
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