Los cuentos las recetas la lona de la mediocridad el deterioro del aliento asustado corriendo como la última luz la última comida y aquel abrazo de la carne combinando caricias besos cosas de la mente y lágrimas pequeñas con ganas de abrazar. La colección de caricias perdidas aprovechando cada segundo, la suerte enorme de tener a quien abrazar y concentrarnos en ese placer en ese último sabor del arte sensual de su piel de miel. Por pura cuestión de escribir sale este texto preparando y dejando un abrazo en la esquina con el cosquilleo de su risa bazada en crujientes caricias y mientras escribo esto que sale de lo que se siente por dentro sale de un amor de novela de otra galaxia y en la parte que me toco vivir me guarde lo mejor inventado por nosotros, la buena vida vivida el buen amor los millones sabrosos susurros en ese mundo perfecto mientras duró, el atractivo genial del deseo, la alegría de su sabor. En este elemento pretendo dejar lo mejor del afrodisíaco de lo amoroso y darle vida como sea a esa felicidad, vivimos corriendo para morir y es importante antes de seguir y perder el tiempo en este detalle de palabras, es importante saber que el único afrodisíaco verdadero es el amor.
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