no estoy enfermo de locura, la disfruto en cada instante de mi vida

Armar algo ahora, escuchar los versos de la noche,
escuchar sus ricas palabras, bárbaras costillas,
despidiéndote entre las nubes, recordándo tus ojos,
disfrutar de las uñas atravesando el cielo
y poderosamente la atención disfruta con sus comidas
del instante del encuentro de la nada con el tiempo
sin pensar en esto o en lo otro y sentir la fortuna
inimaginable de la libertad, sin entrar en juzgar
mas allá del petit cerebro de la paranoia...
preciosa bailarina abriendo los paquetes del descanso.