En un segundo de nada todo se ve y juega la calle con su silencio que no hace otra cosa que mirar, participa insiste empieza a correr toda la masa de palabras como nubes que se arriman a las camas a las narizes y sus cabezas y sus pastillas en su cajita de muchas multitudes. Corre el viento con sus caras levanta la vista descubre la niebla perdida que silenciosamente sueña en la secreta música de
sentir algo, la ciudad duerme en su espejo y en todo el mundo tal vez otra forma de ese algo se encuentra con el suave almíbar de su piel y muere de amor, de esta cueva salen abrazos al pretil y vuelven sin un sabor de dátiles, la soledad da vueltas en un montón de cosas, la vida sigue en un caballo azul una felicidad sale de una foto un saco de caricias vuela al espacio una parte de todo esto se desintegra en la saliva que la memoria mueve de la luna hasta este desequilibrio hasta esta ronda cósmica de esta divina locura que mira por los espejos como si produjeran algo con estas palabras.
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